Por: Gabriela Garcés
La crisis climática es una realidad para los territorios indígenas y el mundo. En estos últimos 10 años, se puede visibilizar en una magnitud significativa de problemas que esta crisis ha desatado, afectando a la Amazonía centro, donde se encuentran las comunidades con algunas dificultades por los graves cambios climáticos: una de ellas mi comunidad Unión Base. Esta es una crisis que, además, tiene comportamientos variables, climatológicamente, ya que cada año conlleva una catástrofe más fuerte. Por ejemplo, en este año 2024, nos hemos visto más preocupados al mirar que el principal río de nombre Puyo, que es el que alimenta a varias comunidades, está desapareciendo de a poco, su caudal es menor al del año 2023. Además, ya no tenemos vida acuática, la cual está siendo matada por la contaminación de la ciudad, ya que usan al río como basurero. Los habitantes mencionan que ya no se puede hacer turismo, que cada vez que tratan de hacer el paseo en canoas, se encuentran con colchones, ropa, latas de zinc, etc.
En estos tiempos somos nosotros mismos quienes también provocamos la contaminación, ya que el traslado fluvial es complicado. Como necesitamos la facilidad del transporte, se ha implementado las canoas a motor y los “peque peque”, motores fuera de borda que son los mayores contaminantes ya que se usa mucha gasolina. Esto ha provocado muerte en los peces y cambios en los ríos. Los jóvenes también estamos muy preocupados y nos hemos pronunciado al ver que ya no se puede nadar y disfrutar de los ríos limpios, porque de tanta contaminación hay enfermedades en la piel. Se comenta que en la actualidad ya no son ríos, ahora son quebradas contaminadas, que ya se encontraron peces mutantes, por ello piden a las autoridades tomar medidas de protección para proteger este río que es histórico y muy valioso para los pueblos. Así mismo, nos encontramos con problemáticas como el desbordamiento de grandes ríos, como lo son el río Bobonaza, Curaray y Conambo, que han dejado a más de 400 familias afectadas. Luis Santy, joven habitante de la comunidad de Pakayaku, dice que el primer desbordamiento fue hace cinco años, en la cual vieron cómo provocó una erosión impresionante.
“Este desbordamiento no únicamente pasó en Pakayaku, sino por más de cinco días las lluvias no cesaban y como el caudal estuvo incontrolable, se fue rivera abajo arrasando con todo lo que encontraba,” dijo Luis, quien relató cómo el caudal de ríos de diferentes tamaños fue en aumento, ya que se unen cuando bajan y fueron afectando a más comunidades, “dejando a algunas sin sus pocas pertenencias, provisiones, animales”. Existe mucha preocupación, ya que los desbordamientos consecuentes hacen que enfrenten varios factores preocupantes como son las enfermedades en la piel como ronchas, hongos y que pierdan sus principales fuentes de alimentación, como son las chacras. También crean serios problemas sociales, como lo es la educación, la salud. “Cuando fue el primer desbordamiento más fuerte se llevó dos puentes, casas, las autoridades no se movieron logísticamente arreglaron un puente y el otro no, no dieron solución. Por ese motivo se trasladan solo en canoas para que los niños pueden llegar hasta las escuelas”, se quejó Luis
Durante el análisis después de los desbordamientos, hemos entendido que uno de los motivos es porque la gente de las comunidades realiza sus chacras a las orillas de los ríos y, por las necesidades económicas también, han optado por talar los árboles, los cuales ayudan a sostener los caudales fuertes en épocas de lluvia. Hemos visto que ya no hay árboles a las orillas como hace 20 años.
De mayor relevancia es la preocupación de los habitantes, ya que las autoridades locales han hecho oídos sordos a las peticiones de las comunidades, para que se pueda tomar acciones como medidas de control para no tener mayor afectación y mantener firme las laderas. “La realidad de las comunidades es bastante difícil, nos han dejado abandonados completamente, ahora en este actual desbordamiento no han tomado medidas de prevención como autoridades, pese ha que ya se los habíamos pedido”, dijo Luis. “Lo único que hacen es obsequiar unas raciones de alimentos, claro que no hubo mayor afectación como muertes, pero nos vemos preocupados ya que las casa se han caído […] ancianos, señoras viudas en su mayoría, pero a ellos quién los ayuda”. Al ver el abandono y despreocupación total de los gobiernos de turno y viendo que es una situación preocupante, ya que cada vez se sufren mayores afectaciones por el desbordamiento de los principales ríos, los moradores están buscando alternativas para poder enfrentar estos daños.
Cabe mencionar que las comunidades ya vivieron un desbordamiento de magnitudes altas, de las cuales se han tomado pequeños actos de prevención, como hacer sus casas a una altura de cinco metros, como también el de no construir sus casas cerca de los ríos. El rol que juegan los jóvenes es importante ya que hacemos lo posible por cambiar la situación que se vive, que es muy preocupante, por lo cual se ha pedido que podamos trabajar en temas de conservación del ambiente, con iniciativas propias. Como nuevas generaciones podemos buscar alternativas de conservación, reciclando, dando un segundo uso a la basura y de aquella forma ayudaríamos al medio ambiente a seguir vivo, ayudar a nuestros hogares y hacer que la mayor parte de los habitantes amazónico y ecuatorianos nos concienticemos.
Visto la necesidad de salvar los ríos, la naturaleza tanto como vidas humanas, en el año 2012 se realizó la caminata llamada Marcha por el Agua, la Vida y la Dignidad de los Pueblos, encabezada por actores indígenas y pobladores urbanos que luchan. A ras de esta iniciativa, se han venido realizando varias actividades, como lo fue auto convocarse a una minga para limpiar el río Puyo, dando así como resultado retirar lo más posible la basura de las orillas del río. La actividad más reciente fue realizar una caminata con la consigna de salvar los ríos, dado que la gente de las comunidades y la ciudad está preocupada, queriendo buscar una salida a estas problemáticas ambientales.
En mi comunidad estamos preocupados porque nosotros al vivir en la selva tenemos estos problemas, pero peor es en la ciudad ya que muchas de las veces en épocas de lluvia la acumulación de la basura provoca que se estanquen las alcantarillas, por la que desecha olores desagradables, se inundan las calles. Ecuador ha sufrido varios cambios a lo largo del tiempo debido al cambio climático, lo que es evidente en las inundaciones cada vez más intensas, la erosión de las playas, la disminución de la biodiversidad en los páramos andinos, la retirada de los glaciares, la reducción de la productividad agrícola y los suministros. Es momento de parar estas inconciencias humanas y hacer caso a los gritos incansables del planeta. El problema no solo es en la Amazonía, es un problema social a nivel mundial.
Artículo original publicado en Red Awasqa. Descargar en el siguiente enlace