Pueden irse a la m…

Roger Waters en Ecuador: crónica de un concierto legendario

Por Andrés Tapia

Con un concierto cinematográfico similar a una de sus más famosas producciones, The Wall, lanzada en 1979 en disco y en 1982 en película, el mítico rockero Roger Waters, fundador de la legendaria banda británica Pink Floyd, una de las más prestigiosas de la historia de la música, deslumbró a Quito y a todo el Ecuador el pasado 9 de diciembre. La película, basada en la infancia de Roger tras la pérdida de su padre en la Segunda Guerra Mundial, así como inspirada en parte en la vida adulta de Syd Barret, co-fundador de la agrupación, marcan la tónica no sólo de este y otros discos, sino de toda su carrera musical;dato no menor a tomarse en cuenta en este relato.

Entonces, repasemos algunos pasajes de su mega concierto en el Estadio Olímpico Atahualpa, copado por gente que llegó de distintas ciudades del país para vivir el último concierto en América Latina de este artista que, a sus 80 años, no deja de sorprendernos e inspirarnos.

Todo empezó con un mensaje muy claro, al buen entendedor pocas palabras: “Si eres de los que dice: me encanta Pink Floyd pero no soporto la política de Roger, harías bien en irte a la mierda e irte al bar en este momento. Gracias”

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El concierto inicia.  Minuto 0,   Comfortably Numb, del disco The Wall, uno de sus hits, en un formato diferente, calmado, que en lo personal me encantó. Pinky, el personaje central de la referida película, ingresa al escenario y Roger realiza su primera aparición. Eso sí, sin el magistral solo de guitarra de David Gilmour, pues nadie puede hacerlo como él. El contexto nos presenta la desgarradora historia de Pinky —Roger de niño— tras perder a su padre en la guerra, la fuerte crítica al sistema educativo y sus desencuentros amorosos en un paso por la locura extrema y la podredumbre de la sociedad hacia una búsqueda desesperada por encajar en un mundo que no entiende y al que intentará ingresar “confortablemente adormecido para nuevamente volver al show —segunda aparición de Pinky al reinicio del concierto con In the Flesh.

Minuto 08:38, Another Brick in the Wall, una de las canciones más populares y coreadas; el público empieza a alucinar con las luces, imágenes y puesta en escena; la mayor de todos los tiempos para un concierto en Ecuador en cualquiera de los géneros musicales. La pared es una potente y descarnada crítica a un sistema educativo donde el maestro “expone cualquier debilidad de los niños aunque estos quieran ocultarlas”. “No necesitamos educación, no necesitamos control del pensamiento, basta de sarcasmos oscuros en las clases, maestro deja a los niños en paz”, sentencia con firmeza uno de los temas más escuchados en la historia de la música, cuyo videoclip es acompañado con la destrucción del centro escolar y la ruptura de la pared, ladrillo por ladrillo, por parte de los estudiantes.

En la educación bancaria —concepto acuñado por el educador popular brasileño Paulo Freire— los alumnos no son más que otro ladrillo en la pared, objetos incapaces de actuar que se someten al sistema capitalista y se convierten en marionetas del fascismo. The Wall es un llamado a la acción que agita e invita a los estudiantes a rebelarse contra el sistema para dejar de ser un ladrillo más. Ambientada en un contexto de lucha en el mundo contra el fascismo extremo, la coyuntura actual guarda una similitud increíble entre lo vivido en aquellas épocas y lo vivido en la actualidad.. 

Minuto 13:39, The Powers That Be, maravillosa denuncia de la represión estatal en el mundo. Tras repasar la opresión y el genocidio que vive actualmente el pueblo de Palestina, las enormes pantallas de una tarima de 70 metros exponen el crimen de Byron Guatatuca durante la brutal represión estatal del Paro Nacional de Junio 2022. En este momento muchos de los asistentes ya deben haber estado pensando si se equivocaron de concierto, pero más de 30.000 asistentes seguimos firmes y más que conectados con el poderoso mensaje del cual aún se sigue hablando en el país.

El mensaje en la pantallas dice:

Nombre: Byron Guatatoca

Localidad: Puyo, Ecuador

Crimen: Ser indígena

Castigo: La muerte

Byron fue un comunero de la nacionalidad Kichwa, perteneciente a la Comuna San Jacinto del Pindo, mi organización de base. Tras cumplirse el primer año de este crimen de estado, su familia no ha dejado de exigir verdad, reparación y justicia. Desde las organizaciones sociales hemos acompañando decididamente este proceso, pese a lo cual el gobierno fallido de Guillermo Lasso dio largas al asunto. Lo curioso es que sea en un escenario de rock donde se recuerde esta injusticia al gobierno actual.

https://www.youtube.com/watch?v=7ASroC6etfY&embeds_referring_euri=https%3A%2F%2Fwambra.ec%2F&source_ve_path=MjM4NTE&feature=emb_title

Minuto 18:37, The Bravery of Being Out of Range, otro de los temas de los proyectos musicales de Roger. Denuncia sin medias tintas a figuras políticas mundiales por crímenes de guerra con datos de los excesos cometidos a lo largo del planeta y su impunidad. Muchos ya arrepentidos de haber ido y preparando su furia de trinos post concierto (carcajadas)

Minuto 25:53, The Bar, Roger habla de su última visita a Ecuador en 2018 a Lago Agrio, Sucumbíos, provincia de la Amazonía norte, para respaldar la lucha contra la empresa petrolera Chevron-Texaco, denunciar la impunidad campante y la injusticia cometida contra el pueblo ecuatoriano y mantener reuniones con organizaciones sociales e indígenas amazónicas. “Estoy muy feliz de estar aquí” grita a viva voz. Más adelante en el intermedio, se proyectará en pantallas una incuestionable denuncia a la compañía petrolera exigiendo el pago de 9.000 millones de dólares  a las comunidades indígenas demandantes, ante la complicidad de los gobiernos tras la injusticia contra miles de afectados indígenas y campesinos de Orellana y Sucumbíos por el desastre ambiental más grande de la historia del Ecuador.

Minuto 27:34, Have a cigar suena, las pantallas muestran fotos y videos de los años 60s, con clara alusión a Syd Barret. Emotiva dedicatoria a un referente imprescindible de la agrupación que le aportó el toque psicodélico que los lanzaría al estrellato.

Minuto 39:50, Wish You Were Here, otra de las canciones más populares, también dedicada a Syd.  A estas alturas muchos con lágrimas en los ojos ante la demoledora carga sentimental de estas líricas.

44:56, Shine on Your Crazy Diamond, sencillamente espectacular. El sonido retumba en todo el estadio, solos de guitarra, teclado, saxo y batería a tono con la historia de este hit. Video completo

53:62 Sheep, el estadio rendido a los pies de Roger. Magistral tema del disco Animals a tono con el historial de crítica antisistema de Floyd. Hace 20 años atrás tuve la oportunidad de ver Dogs en vivo y el tema de ayer no le pide favores, dos de mis canciones favoritas de todos los tiempos.

Este disco plantea nuevamente una crítica mordaz y feroz al sistema en la década de los 70s, una época en la cual el rock imperaba en la sociedad y constituía una protesta contestaria contra las condiciones políticas y sociales que vivía el mundo. Animals se basa en la fábula política “La Rebelión en la Granja” de George Orwell en la que se identifican a los diferentes estratos sociales con la animalización (los perros son los jueces y los empresarios, y los cerdos los políticos y moralistas). La novela se enfoca en el comunismo y el álbum es una crítica directa a la sociedad de consumo y de control autoritario. En el clímax de su carrera musical y siguiendo su característica durante muchas décadas, Roger continúa atacando abiertamente al sistema.

Llega el entretiempo, y una incómoda y vergonzosa sorpresa para las élites que apenas enteradas salieron a ladrar —como en el disco de Animals— y destilar su odio de clase tras el histórico encuentro entre un monstruo de la música y el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, CONAIE, Leonidas Iza.

Después del concierto, este y otros temas inherentes al concierto, su coyuntura y contexto desataron un debate. Desde preguntarse si ¿puede un “indio del páramo» escuchar rock and roll? —una de las cosas más absurdas que he escuchado— hasta que el dirigente nunca ha dado un abrazo similar a otro indígena —risas. También se dijo que es una incoherencia que un dirigente pague una entrada de 300 dólares para entrar a un show —lamento decirles que fue invitado por Roger y recibió un pase de cortesía— o que es un contrasentido que se cuestione al capitalismo mientras se deja una huella ecológica por transportar luces en aviones ¡Diosito ateo!

Lo cierto es que Roger y su propuesta musical y política lo que hace es poner en debate el capitalismo, la inviabilidad de una sociedad sacudida por la descomposición, avasallada por la corrupción y aterrorizada por el crimen, y son estas las discusiones que hay que tomar con seriedad y no camuflarlas tras sentidos comunes, cuestionamientos moralistas y críticas viscerales. De entre toda la marea de trinos, la avalancha de memes y varias columnas de opinión serias, me quedo con esta hermosa contribución de Pancho Viñachi sobre el encuentro del prisma psicodélico del lado oscuro de la luna —The Dark Side of the Moon, la producción más famosa de Pink Floyd— y los siete colores de la Wipala de los pueblos explotados, levantada con dignidad durante los dos últimos estallidos sociales.

Y pasó una hora, exactamente es una hora con 05 minutos y 32 segundos desde que inició el concierto. In the Flesh, Pinky vuelve al escenario y en su segunda aparición después de la pausa, Roger sale en silla de ruedas, siguiendo la trama de la película de 1982, con un personaje zaherido por la sociedad y al borde de la ignominia si no se asimila al espejismo que el mundo exterior le ofrece.

Respondiendo a la interrogante planteada al inicio. Este, efectivamente, no era el show que algunos vinieron a ver, pero definitivamente era el espectáculo que la mayoría quería: la denuncia a una sociedad hastiada de la injusticia social y los vicios de una sociedad en decadencia. Un público colmado de una alta vocación crítica antisistema que luego de este concierto se plantea, tras mucho tiempo, un debate serio en torno a la vigencia del capitalismo como modelo de opresión imperante.

01:12:04, Run Like Hell, una explosión de adrenalina marca la transición del disco The Wall hacia The Dark Side of the Moon, pasando antes por un par de temas de los proyectos musicales de Roger como solista. El estadio siempre conmocionado “¡corran, corran, huyan! Esta sociedad se ha salido de control, ¡el capitalismo no aguanta más!

01:18:02, Deja vu, unos minutos para recobrar el aliento previo a que vuelva la locura con Money y el resto de temas de The Dark Side. Un momento para la calma, meditación, conexión y traslado hacia nuevas sensaciones en un concierto inigualable.

01:25:41, Is This the Life We Really Want? ¿Qué buena pregunta no?, ¿se la han hecho ustedes? En lo personal sí es esta la vida que quiero y he escogido, más aún si se lanza tremenda interrogante en medio de uno de los conciertos más grandes de la historia y con mi gran compañía, celebrando 10 años de vida juntos.

01:31:27, Money, una vez más, estalla la locura, empieza la sección del Lado Oscuro de la Luna, uno de los discos más vendidos en toda la historia de la música, exitoso no solo por su taquilla sino por la profundidad con la que ingresa a la mentalidad del ser humano para transportarnos hacia otras dimensiones. Cada uno tendrá aquí su propia lectura de esta obra monumental de la música de todos los tiempos, así que lo dejo a su buen criterio.

01:37:46, Us and Them, en línea con lo anterior, todo este disco estuvo durante 965 semanas en la prestigiosa lista Billboard 200, de ahí radica una popularidad que traspasa generaciones, simplemente espectacular y trascendente en la historia universal de la música. El prisma ilumina Quito —cerrando sus fiestas— y me atrevo a decir que este será uno de los mayores recuerdos en el imaginario colectivo para los próximos años. Como aquel ladrido de perro en Dogs del concierto de hace 20 años —memoria sonora—, el prisma en el cielo de la capital se constituye en una huella imborrable —memoria gráfica.

01:42:20, Any Colour You Like, ya todxs rendidxs ante la demoledora entrega de los artistas y la impresionante descarga artística, musical y escenográfica del show. Recta final del último concierto de Waters en América Latina entera.

01:45:24, Brian Damage, casi imposible describir este tema y un momento así, una de las canciones mejor logradas de todos los conciertos de Pink Floyd, sea con Waters o Gilmour, ¡excelso! El estruendo de las carcajadas lanzadas a mitad de la lírica y que se escuchan desde cualquier lugar del estadio erizan la piel; desde la primera vez que la vi en vivo nunca han salido de mi cabeza: ¿el lunático está en el pasto del estadio? el lunático está en la sala del camerino? ¡¡¡No, el lunático está en mi cabeza!!!”

01:52:39 Eclipse, me quedo corto y me tomo la cabeza, mejor escuchen y alucinen con la canción que cierra The Dark Side of the Moon.

01:55:34, Two Suns in the Sunset, ¡inesperado! Vaya joya musical que nos trajo Roger, del Disco Final Cut, uno de los álbumes que he escudriñado año tras año desde mi infancia y adolescencia. Es este un tema que siempre he disfrutado y que nunca había pensado escuchar en vivo ¡Viva la guitarra! El concierto está por cerrarse, a estas alturas la gente satisfecha por la experiencia vivida, con ciertas excepciones (risas)

02:06:53, Toast + The Bar + Outside the Wall, se cierra el telón, Roger presenta a los artistas. Entre tanto talentoso músico resalta para mí el gran Jon Carin al cual recuerdo de la primera vez que vi el video Pulse en concierto y que ha acompañado la historia de Pink Floyd durante décadas, junto a Roger y a David.

Al ser su gira de despedida, Roger pensó en cada detalle, y no pasó nada por alto. Outside the Wall es el tema que cierra el disco y la película La Pared y también lo hace en esta gira This is not a Drill, iniciada el 6 de Julio de 2022 en Pittsburg, Estados Unidos y finalizada el 9 de diciembre en Quito tras 99 conciertos. No es casualidad que finalice su setlist y se despida para siempre de su público con una narrativa donde no se queda en la crítica y aporta salidas.

Al final del túnel, una vez derribada la pared, hay un horizonte, ya no somos un ladrillo más, somos un mundo de soñadores, una audiencia activa que se cuestiona quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos; un público que sí se esperaba lo que venía a ver —aunque no en tal magnitud—, claro y consciente de qué y a quién escucha. Es este el espíritu crítico que grandes artistas como Roger Waters y muchos otros y otras músicos, poetas, escritores, cineastas, pintores, han inculcado en generaciones que crecimos y admiramos su obra y lo que esta representa y aporta al ser humano. Solo queda decir ¡gracias!

“Completamente solos, o de dos en dos. Los que realmente te aman. caminan arriba y abajo, fuera del muro. Algunos de la mano, otros juntándose en bandas. Los románticos y los artistas,  se hacen fuertes. Y cuando te han dado todo lo suyo, algunos se tambalean y caen. Después de todo, no es fácil, golpearse el corazón contra el muro de algún loco” Outside the Wall, Pink Floyd.

Nota: Si quieres ir al hilo de trinos que dio origen a esta columna, da like y comparte para que siga retumbando a quienes sabemos.Para mayores detalles sobre el encuentro entre Iza y Waters, próximamente una nueva columna.